En todas partes y en ninguna


Hace unas semanas me recomendaron el libro "Los errantes" de Olga Tokarczuk, nunca había leído nada de ella y me llamó mucho la atención porque habla del constante movimiento desde sus personajes y de la vida misma: "A fin de cuentas es bien sabido que la verdadera vida no es otra cosa que movimiento". Pero especialmente al leer el capítulo que se titula como esta entrada "En todas partes y en ninguna" encontré una reflexión que me encantó, le dio un sentido y una explicación a algo que siempre he sentido. 

En el capítulo hay dos mujeres esperando un autobús y una de ellas dice que "los pueblos sedentarios, agrarios, prefieren los placeres del tiempo circular en que todo suceso vuelve necesariamente al inicio, un retorno en bucle al embrión (...) En cambio, los nómadas, los mercaderes, al emprender el viaje, se vieron obligados a inventar otro tipo de tiempo, más acorde con el hecho de viajar. Es un tiempo lineal, más útil, porque permite medir el proceso de irse acercando a destino". 

Durante mi vida he cambiado constantemente de país, de ciudad, de casa, de colegio, de trabajo y he ido recogiendo en todos esos lugares gente que aprecio y algunos (pocos) a los que puedo llamar realmente amigos. Sin embargo, por la misma constante búsqueda de movimiento muchas veces pierdo el sentido de pertenencia y arraigo. Me cuesta mucho entender y disfrutar los eventos que año tras año se repiten y se funden en la memoria como un solo día por lo parecidos que son, como las fiestas de las empresas, una celebración patria o el cumpleaños de quien le gusta hacer lo mismo siempre. 

El concepto de retorno en bucle es fascinante porque es precisamente lo que he tratado de evitar toda mi vida: el eterno bucle del tiempo circular. Prefiero el tiempo lineal que es siempre cambiante y diferente, en el que no se repiten acontecimientos. La decisión de vivir en un tiempo lineal puede verse también como la decisión de un tipo de desarraigo y de pertenencia desde la distancia. Prefiero ser quien llega a visitar que el que espera siempre en el mismo lugar, amo las mudanzas y experimentar nuevas formas de habitar las ciudades y ahora también lo rural. 

No le temo a los cambios, por el contrario, los busco constantemente, le temo a la quietud y al eterno retorno. Y aunque estamos viviendo en una época que parece más un eterno día de la marmota, he podido darme cuenta que el tiempo lineal no se da solo en los viajes sino también en las actitudes diarias y en la forma en que buscamos alternativas para romper el bucle. 

Y ustedes, ¿qué tiempo prefieren?  

Comentarios

  1. Me siento totalmente identificada contigo Jerónima. Definitivamente lo mío es el tiempo lineal, el cambio siempre está presente en mi vida y al igual que tú cuando no llega solo lo busco. Pero debo reconocer que a veces siento que un poco de tiempo circular no estaría mal.

    ResponderEliminar
  2. Sabia y brillante reflexión, gracias por tan deleitable articulo, felicitaciones y muchas bendiciones Jeronima Sandino

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Permitirnos vivir sin excusas

Ser padres en la era de la Inteligencia Artificial

Apuntes sobre el libro “Reconocer la diversidad: textos breves e imágenes para transformar miradas”