Entradas

Mostrando entradas de abril, 2021

El tiempo: testigo de nuestra historia y sus cicatrices

Imagen
Hace meses quería escribir sobre las cicatrices del cuerpo y del alma. Era un tema recurrente en el que pensaba, pero no había tenido claro cómo abordarlo hasta que leyendo “El infinito en un junco” Irene Vallejo encontré este maravilloso párrafo: “Nuestra piel es una gran página en blanco; el cuerpo, un libro. El tiempo va escribiendo poco a poco su historia en las caras, en los brazos, en los vientres, en los sexos, en las piernas. Recién llegados al mundo, nos imprimen en la tripa una gran “O”, el ombligo. Después van apareciendo otras letras. Las líneas de la mano. Las pecas, como puntos y aparte. Las tachaduras que dejan los médicos cuando abren la carne y luego la cosen. Con el paso de los años, las cicatrices, las arrugas, las manchas y las ramificaciones varicosas trazan las sílabas que relatan una vida.” Al leerlo pensé que no solamente debía hablar de las cicatrices, sino de lo que va quedando escrito en nuestro cuerpo. Cómo el paso de los años va dejando una colección de c

Los abismos de Pilar Quintana son también nuestros abismos

Imagen
  Nací en Cali y parte de mi infancia y adolescencia las pasé ahí en la misma ciudad en la que se desarrolla Los abismos de Pilar Quintana. El libro me llevó de la mano de Claudia y su papá a recorrerla nuevamente, a recorrer el borde del río y visitar el zoológico y su mariposario. A almorzar nuevamente en el Cali Viejo patacones e ir a visitar la estatua de Belalcázar. También fui con ella y su mamá de comprar a Zas, a comer helado, chontaduro, mango biche y grosellas. Sentí el calor de la ciudad y lo fresco de la selva en la casa, cuando era niña mi mamá también tenía plantas dentro de la casa.  Después de recorrer con Claudia la ciudad llegaron los miedos de la infancia, y recordé los míos y esa fragilidad con la que la vida nos ponía las pruebas cuando él mundo se divide en la dualidad de la inocencia y el despertar a la realidad. Esa etapa en la que los adultos creen que no entendemos, pero entendemos más de lo que creen y callamos, pero los miedos se nos van quedando atrapados