El sentido de la vida: recordar y sentir



Al preguntarnos por el sentido de la vida no nos queda más que pensar que el sentido es la vida misma. A veces nos pasan cosas buenas y a veces unas malas, pero esto qué quiere decir realmente. Algunos se apoyan con las religiones, otros con la competitividad, el humanismo, el capitalismo, mejor dicho le tratamos de dar sentido desde las mil y una formas. Sin embargo, qué otro sentido más que el hoy y el ahora le podemos dar.

Por ejemplo, pensemos en nuestros recuerdos. Cada recuerdo también está viciado por sensaciones, emociones y estados de ánimo. Si a una pareja le mostramos la misma foto de su Luna de miel, momento en el que se supone que estas dos personas están supremamente sincronizadas, seguro cada uno tendrá una memoria narrativa muy diferente.

He ahí también el problema de la reconstrucción de los hechos en un delito o accidente, lo único válido es pues la declaración del momento, pero también cada una de las declaraciones de los implicados será diferente de alguna manera. Nadie puede narrar exactamente igual un mismo acontecimiento y mucho memos meses o años después en un juicio.

Es por esto que si cada uno tiene una forma diferente de recolectar experiencias, cada uno le da un sentido distinto. Podemos querer aspirar a lo que alguien que conocemos tiene y amargarnos por no lograrlo. Podemos también luchar por llegar a eso mismo o quedarnos viendo al vecino y no hacer más que quejarnos.

Finalmente nosotros decidimos (cómo ya lo dije en otra entrada) determinar nuestra postura frente a la vida. Pero la decisiones que tomamos le da el sentido a la vida? O la vida misma nos da sentido? Me inclino un poco más por la primera y creer que según mis decisiones le doy sentido a mi vida.
Sin embargo, hay acontecimiento y gente que hacen que tus decisiones cambien, no se realicen completamente o que luchan contigo para evitar que logres tus sueños. Así que aunque quisiéramos hacer un plan "perfecto" de vida, existen puntos de giro ajenos tus deseos.

Pero volvamos a los recuerdos. Será que nos estamos acostumbrando a recordar solamente lo que fotografiamos? A veces es difícil recordar qué se estaba sintiendo o pensando al ver una foto de hace algunos años. Algunas veces más que recordar el momento, recordamos sólo la foto que esta en el álbum pero no a las personas que están cerca y ahora con las redes sociales ya ni miramos la foto o quienes están con nosotros sino la cantidad de likes o vistos.

Será que nuestras vidas están pasando a través de una pantalla? El otro día vi un vídeo de una persona ciega que recorrió el país no con 5 sino con 4 sentidos, la idea era recordarnos que tenemos más que los ojos y nuestros celulares para capturar imágenes. Que debemos aprender a conocer lo que nos rodea con el gusto, el tacto, el oído, el olfato y en nuestro caso la visión.

De qué nos sirve llenarnos de fotos y likes si cuando nos preguntan a qué olía el lugar o a qué sabía la comida no vamos a poder responder. Los olores nos evocan mucho más los momentos y los sentimientos que una foto. Pero si estamos tan pendientes de la imagen seguro no recordaremos que olor tenía ese momento.

Es una época compleja, de situaciones sociales que no encuentran respuesta en la vida misma y relaciones humanas que no respetan la vida. No sé que pasará en unos años y si recordaré esto que pienso hoy, pero lo único que sé es que el sentido más claro que veo hoy es el sentido de la vida misma y las luchas que van llegando.

Comentarios

  1. Me fascina tus conceptos porque yo soy un convencido del poder del ahora. Podemos diseñar el futuro teniendo como experiencias el pasado, pero el ya es lo que existe.

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