La insoportable necesidad de hacer listas
Cada noche antes de dormir trato de ordenar lo que haré al día
siguiente. Por lo general cambia, pero he intentado hasta hacer una lista de
cosas por hacer hora tras hora que incluye aspectos como "hacer el
desayuno", "leer", "trabajar", "descansar",
"ordenar" entre otras muchas. A veces me ayuda y otras tantas me
produce más estrés porque no logro cumplir todo.
Las listas nos ayudan a ordenarnos, a clasificar y también a
sentir algún grado de control sobre nuestras vidas. Por lo general tendemos a
clasificar lo que no nos gusta y lo que sí, con quienes queremos estar y con
quienes no, hacemos listas de libros leídos y libros por leer, qué necesitamos
del supermercado, países visitados y viajes soñados, y hasta hacemos cada fin
de año una lista de propósitos para el siguiente que perdemos en el cajón de
los deseos más rápido que una tarjeta de presentación que nos entregan en un
evento.
Irene Vallejo en "El infinito en un junco" dice:
"Existe, sin duda, el placer de enumerar (...) Los listados son también
parte íntima de la autobiografía de cada persona". Quién no tiene en
su cuaderno de notas, en el celular, el computador o en el refrigerador, una
lista de temas que sentimos que son importantes. Listar, ordenar y saber
dónde encontrar algo o saber si está en nuestra lista de cosas por hacer nos
ayuda a no perdernos.
Aunque no lo crean existe un nombre para la fascinación inusual
por hacer listas y se llama glazomanía. Esta pasión nos puede ayudar hacer más eficientes e incluso a
bajar los niveles de estrés por la capacidad que le damos a nuestro cerebro de
anticiparse. Según los psicólogos la razón de que nos guste hacer listas es
porque amortiguan la ansiedad sobre
el caos; nos dan una estructura y un plan a seguir; y nos pueden dar una
sensación de progreso. De hecho, tachar algo que ya hicimos nos da una
sensación de satisfacción.
Vallejo dice también que "nos pasamos la vida haciendo
listas, leyéndolas, memorizándolas, rompiéndolas, arrojándolas a la basura,
tachando los objetivos cumplidos, aborreciéndolas y amándolas", pero
también nos habla de una manera muy poética de que las mejores ayudan a dar sentido
y a concederle la importancia que merece a lo que numeramos. En definitiva,
debemos amar esas listas que "acarician los detalles y la singularidad del
mundo, impidiendo que perdamos de vista aquello que es valioso".
Seamos de las personas que hace una lista para todo o de las que
solamente la hacen para ir al super, está claro que con el simple hecho de
ponerlas en el papel nos da la sensación de avanzar y de que nada se nos va a
olvidar.
Las listas más extrañas que he hecho son las previas a una cita
médica, me dan tanto miedo los doctores que debo llevar todo lo que quiero
preguntar anotado porque si no de los nervios se me olvida porqué estoy ahí. Y
la lista que más amo ver crecer es la de los libros leídos por año.
Puede ser insoportable la necesidad de listar todo, pero más insoportable creo que es el caos mental de no lograr ordenar, categorizar y separar tareas, cosas, personas, lugares y todo lo que nos trae el día a día.
Y ustedes, ¿son amantes de las listas? ¿Cuál es la lista más
extraña que han hecho? ¿las comparten o son solo para ustedes?
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