Claves para convertir los talentos de nuestros hijos en su motor de vida
En educación
últimamente se habla de incentivar los talentos, las habilidades y los gustos de los
niños y jóvenes, en definitiva, la idea es conocer para qué son buenos y potenciarlo desde sus capacidades. Cada vez nos alejamos más de la creencia de que todos los niños
deben aprender lo mismo, al mismo ritmo y buscando la mejor nota,
sin tener en cuenta el desarrollo de cada uno.
Los invito a que iniciemos por preguntarnos ¿Qué hacemos nosotros para transformar lo que les interesa de nuestros hijos en una pasión o en un talento para la vida? Acá les comparto algunas ideas que creo claves para lograr aprovechar esos dones naturales que tienen los niños:
5. Dejé el lápiz rojo a un lado. Aunque no seamos maestros siempre estamos corrigiendo el más mínimo error de nuestros hijos, si dejamos de fijarnos tanto en el error y nos enfocamos más en los talentos veremos cosas de los niños que no estamos viendo. Estemos atentos para ver lo bueno y no solamente los errores.
Gratamente oímos en
los discursos de los expertos que el enfoque ya no es buscar genios o dejar por
fuera del sistema a quienes el sistema cataloga como de menos méritos. Nosotros como padres
podemos aprovechar esta nueva mirada para que desde el contexto familiar
potenciemos los talentos de nuestros hijos.
Los invito a que iniciemos por preguntarnos ¿Qué hacemos nosotros para transformar lo que les interesa de nuestros hijos en una pasión o en un talento para la vida? Acá les comparto algunas ideas que creo claves para lograr aprovechar esos dones naturales que tienen los niños:
1. No cortemos las alas. Muchas veces
cuando vemos que nuestros hijos tienen alguna pasión, que en muchos casos se
convierte en obsesión, se la coartamos porque no está dentro de lo que
"deberían estar haciendo". Antes de hacerlo hablemos con ellos,
conozcamos qué los motiva. Entendamos porqué esa pasión los tiene cautivados, lo más
seguro es que sea un talento que podríamos potenciar.
2. Si no se explora no
sabe para qué es bueno. Si nosotros como
padres entendiéramos que "no todos están en el mundo de la misma
forma" y que si exploráramos junto a nuestros hijos sus talentos descubriríamos
maravillosas sorpresas muchas cosas serían diferentes. Gardner nos invita a explorar diferentes contextos con nuestros hijos tales como parques, museos, conferencias, entre muchos otros para ver cómo
reaccionan en cada uno. Solamente en la acción es que nos podemos dar
cuenta de las capacidades naturales que tenemos, por esto entre más opciones
encuentren los niños, más fácil será encontrar lo que les apasiona.
3. Enseñar con emoción. No solamente en el
colegio se aprende, por eso como familia también enseñamos a nuestros hijos y
que mejor que desde la emoción. Como dice Francisco Mora no debemos confundir
enseñar las emociones con enseñar con emoción. Es decir, despertar la
curiosidad en los niños y jóvenes, retándolos a aprender a aprender,
despertando su atención con temáticas diferentes y curiosas. Nos
emocionamos cuando algo nos gusta y el cerebro está en mejor disposición
cuando esto sucede, es desde ahí que podemos enseñar con emoción y direccionar
los gustos hacia los talentos.
4. Estar atentos a las ventanas de
oportunidad. Hace unos días una profesora me contó el caso de un
estudiante muy bueno para el fútbol a quien desde muy joven querían fichar en
un equipo extranjero. Los padres le dijeron que primero terminara el colegio, y
así lo hizo. Sin embargo, al momento de querer retomar su carrera como
deportista ya por la edad no recibieron. Como padres debemos estar atentos a
esas escasas ventanas de oportunidad que tienen nuestros hijos, postergar
algunas decisiones puede afectar su vida entera.
5. Dejé el lápiz rojo a un lado. Aunque no seamos maestros siempre estamos corrigiendo el más mínimo error de nuestros hijos, si dejamos de fijarnos tanto en el error y nos enfocamos más en los talentos veremos cosas de los niños que no estamos viendo. Estemos atentos para ver lo bueno y no solamente los errores.
6. Persistencia, motivación y manejo de la frustración. Es necesario
trabajar con nuestros hijos la persistencia para que logren lo que se
proponen, motivarlos constantemente y algo muy importante, enseñarles a manejar
la frustración, dado que en un largo camino como lo es convertir un interés en
una pasión, pueden existir momentos en los que el desaliento por no lograrlo
llegue.
Convirtámonos en cazadores de los talentos de
nuestros hijos. Una gran pasión jamás será una perdedera de tiempo, es el motor
para su proyecto de vida. Explorar el mundo y los intereses de los niños nos
puede llevar a nosotros como padres a descubrir también ¡nuestras pasiones!
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