¡En casa también se educa! 5 puntos para tener en cuenta en la educación de nuestros hijos
Cada familia tiene prioridades a la hora
de decidir cómo o dónde educar a sus hijos. Sin embargo, deberíamos pensar la
educación como una corresponsabilidad entre familia e institución educativa. Aunque suene obvio decir que ¡en casa también se educa! en la práctica no lo es tanto. Por eso les comparto algunos aspectos que según mi experiencia son claves para nosotros como familia en la educación de nuestros
hijos:
1- No dejar a la escuela la educación de
valores y de las emociones. Si
bien cada vez es más frecuente que en los colegios se impartan competencias
socioemocionales o para la vida, está claro que los valores y el manejo de las
emociones es en gran parte responsabilidad de la familia. Los niños aprenden
por imitación y siguen los patrones que ven en sus padres, así que no esperemos
tener hijos respetuosos o que sepan manejar sus emociones, como la ira y la
frustración, si en casa no ven el ejemplo.
2- Educar con un poco de hambre y un
poco de sed. Por el
amor que les tenemos a nuestros hijos siempre corremos a satisfacer sus
necesidades. Pero cuando comienzan a crecer esas necesidades van cambiando. El
llanto que en un principio era por sed o para que les alcanzáramos algo que
estaba lejos, se convierte en llanto por un juguete o por algo que no quieren
hacer. Cuando eran bebés les pasábamos la comida o los objetos y listo paraba
el llanto. Así que tanto ellos como nosotros nos acostumbramos a conseguir la
calma darles lo que quieren. Y de pronto nos vemos comprando todo lo que
quieren y ellos consiguiendo todo sin esfuerzo. Si continuamos con esa práctica
muy seguramente se convertirán en adultos poco comprometidos y que creen que el
mundo les debe alcanzar todo con el mínimo esfuerzo. Educar a nuestros hijos
con un poco de hambre y un poco de sed quiere decir que les enseñemos a que lo
que desean cuesta, que no todo lo pueden tener, que deben "trabajar" para
lograrlo.
3- Las evaluaciones no miden quiénes son
nuestros hijos. Todos
queremos lo mejor para nuestros hijos y hay quienes piensan que el ranking de
colegios por pruebas estandarizadas, indican cuál es el mejor colegio. Ni las
pruebas de estado ni las evaluaciones de aula deben determinar lo que es mejor
para nuestros hijos. Cada niño aprende de diferente manera y esperar que todos
cumplan con lo que la escuela exija de la misma manera es un mito que es
sistema escolar ha tratado de vender por décadas. Como familia debemos conocer
a nuestros hijos desde sus capacidades y así mismo acompañarlos en su proceso
educativo desde sus logros individuales, pero no cargándoles la competitividad de
los rankings y pruebas estandarizadas. Por mi parte quiero unos hijos que sepan
desarrollar sus capacidades y no hijos en terapia psiquiátrica por manejo de
estrés y competitividad.
4- La tecnología no es una buena niñera. La tecnología llegó para quedarse en
nuestros hogares. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos sobre el rol que
juegan con nuestros hijos. Es muy fácil mantener un niño "tranquilo"
con una tableta, pero ¿no creen que deberían estar jugando, explorando leyendo
o simplemente aburriéndose para despertar la creatividad? Hemos venido
convirtiendo la tecnología en el hueso que le lanzamos a los niños para que no
molesten. Pero, ¿no deberíamos más bien nosotros molestarnos en buscar qué
hacer con nuestros hijos? Hace un tiempo en una reunión familiar llegó un primo
con sus dos hijos, de dos y seis años, cada uno con un celular jugando y viendo
vídeos. Mis hijos quisieron jugar con ellos y fue imposible. A nosotros no nos
ensañaron sobre los límites de la tecnología y es algo que hasta ahora se está
investigando, pero debemos abogar para que los niños se ensucien, se inventen
travesuras con los amigos. Está en nuestras manos no entregarles la tecnología
sin sentido.
5- Necesitamos hijos que aprendan a
conocerse y puedan diseñar su propósito en la vida. Como padres debemos darles herramientas a
nuestros hijos para que a medida que crecen puedan conocerse, que logren
identificar sus potencialidades, gustos y que a partir de todo lo que descubren
puedan diseñar su proyecto de vida.
Estas son algunas reflexiones a partir de
mi experiencia como madre, pero también como conocedora del sistema educativo.
No podemos cargarle a la escuela todo lo que creemos que sean nuestros hijos. Y
así como en casa debemos trabajar por la educación de los hijos también podemos
trabajar junto al colegio, personalmente busco un colegio con el que se pueda
dialogar. Uno en el que como familia podemos aportar, en el que conozcan la
historia de mis niños y yo pueda conocer también a las maestras para trabajar
juntos. Finalmente, el niño en casa y en el colegio es un ser integral que
aprende y cuestiona en los dos escenarios.
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